

El Diario Oficial de Extremadura publicó el pasado 4 de julio el Decreto 71/2023, de 28 de junio, por el que se declara Bien de Interés Cultural los 'Paneles de azulejos de Nitrato de Chile' en Extremadura, con el fin de conservar los 21 ejemplares que perduran en la región, siendo uno los mejores conservados el de Alconchel, en la fachada de la familia Gallardo-Gallardo, en el número 16 de la plaza de España.
Se trata de unos murales publicitarios de incuestionable valor patrimonial, artístico e histórico, dado que «son exponentes del diseño y la imagen publicitaria de la década de 1930, así como el reflejo de la sociedad y la economía agraria de ese momento», según destaca el propio decreto.
El diseño de los murales era sencillo y destaca la silueta negra de un jinete montado a caballo en un contraluz amarillento del ocaso del día sobre el anuncio «Abonad con Nitrato de Chile».
El conocido nitrato (o salitre) de Chile es un abono natural o fertilizante nitrogenado formado por una mezcla de minerales extraídos del caliche (sodio, potasio...) y que se encuentra en yacimientos ubicados en la zona desértica del norte del país andino, una producción y exportación que llegó a Europa desde mediados del siglo XIX y que fue creciendo hasta monopolizar el mercado mundial en los inicios del siglo XX.
«Los paneles cerámicos que publicitan el Nitrato de Chile en distintos pueblos de Extremadura son el reflejo de la España rural, de la economía agraria de una época, aún dominada por el latifundismo y por el intento de recuperación de los derechos de explotación de las tierras comunales», indica la resolución de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.
«La publicidad del Nitrato de Chile se realizó sobre todo en papel, en forma de octavillas, calendarios o litografías, y sobre diferentes soportes como calendarios, lápices, llaveros, banderines, etc., pero en algunos países como España, Portugal y Gran Bretaña triunfó el formato sobre cerámica. En el caso de España el diseño no fue tan explícito como en la mayoría de los países, aunque no obvió las referencias agrícolas. La icónica imagen del jinete al atardecer usada tanto en paneles de azulejos como en sacos o calendarios españoles fue ideada por un joven estudiante de arquitectura Adolfo López-Durán Lozano (1902-1988) en torno a 1929.
La imagen representada es sencilla y esquemática como corresponde al estilo Art Decó imperante en los años en que fue creada, lanza un mensaje directo al campesino que se ve representado en ella, aunque de forma idílica, puesto que el jinete ha sido interpretado como un gaucho de la pampa argentina.
Los paneles cerámicos que anunciaban este abono natural fueron fabricados en Valencia, en la fábrica 'El Siglo', propiedad de Ramón Piñón Castelló, que permaneció activa entre 1927 y 1937, lo cual permite fechar estas obras entre 1929 y 1937», algo que suele indicarse un diminuto rótulo en la esquina inferior derecha del panel, con la firma 'Azulejos Ramón Castelló'.
Lo que empezó como atención de amigo para aliviar la «economía» de un estudiante de Arquitectura, acabó siendo uno de los reclamos más populares en la década de los años 30.
La campaña publicitaria -hoy sólo comparable a la del archiconocido toro de Osborne- fue de tal magnitud que convirtió este anuncio en un auténtico icono del paisaje rural y hoy día se conservan aún algunos ejemplares en pueblos de España y Portugal en mejor o peor grado de conservación.
Según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia, «se hizo una campaña con gran intuición al colocarlo, no sólo en las primeras casas de muchos pueblos, sino también en casillas de peones camineros, casas de labor, bodegas y almacenes, los cuales se contaban por centenares y estaban repartidas por los parajes más pintorescos y estratégicos».
Aunque era habitual colocar estos paneles en las entradas o salidas de las localidades, también los hay en las plazas junto al Ayuntamiento, como en Valencia del Ventoso, o en inmuebles destacados o hitos del municipio como la plaza de toros de Olivenza o el Convento de la Merced en Trujillo.
La publicidad cerámica en Portugal adoptó este mismo diseño español con la leyenda «adubai com Nitrato do Chile», pero de la producción se encargó la fábrica Aleluia en Aveiro. Aún se conservan estos paneles en localidades como Castelo Branco, Évora, Aveiro o Nisa.
La Junta informa que el estado de conservación en el que se encuentran los distintos paneles que aún persisten es desigual. «Su localización en la vía pública los expone a factores climatológicos, al vandalismo y al expolio en mayor medida que otros bienes culturales. Asimismo, su contemporaneidad, su función publicitaria y su ubicación en edificios de titularidad privada, en la mayoría de los casos, también ha influido en la destrucción o pérdida. Localidades como Aliseda, Medellín o Granja de Torrehermosa perdieron estos paneles en los últimos veinte años y en Badajoz fue desmontado en 2007 debido al derribo del inmueble en cuya fachada se ubicaba, pero fue recuperado y restaurado por un coleccionista particular».
La declaración como Bien de Interés Cultural de los paneles cerámicos implica adoptar algunas medidas para garantizar su protección y conservación: Los propietarios de los paneles cerámicos están obligados a conservarlos, y cualquier intervención que se pretenda llevar a cabo sobre alguno de los paneles requiere la presentación de un proyecto de intervención para su autorización por la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural.
El panel de Alconchel se encuentra en perfecto estado de conservación. Sus medidas (105 centímetros de alto por 90 de ancho, 6 azulejos de ancho y 7 de alto) son más reducidas que la mayoría de los paneles cerámicos repartidos por España, seguramente para adaptarse al espacio, actualmente entre dos balcones en la fachada principal de la vivienda.
Además de en Alconchel, los otros 20 municipios extremeños donde se ubican estos paneles son Alburquerque, Badajoz, Casas de Don Pedro, Don Benito, Fregenal de la Sierra, Fuente de Cantos, Montijo, Olivenza, Puebla de la Calzada, Puebla del Maestre, Siruela, Talavera la Real y Valencia del Ventoso, en la provincia de Badajoz. Y en la provincia de Cáceres se encuentran en Almoharín, Madroñera, Torrejoncillo, Trujillo, Villamesías, Zarza de Granadilla y Zorita.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.