La familia de Francisco Vera cede nuevos documentos personales a la Biblioteca de Extremadura

Tras su última visita en 2016, esta semana ha vuelto a Extremadura Laura Regueira Vera, nieta de Francisco Vera Fernández de Córdoba (Alconchel, 1888 – Buenos Aires, 1967), el insigne escritor local que falleció en el exilio tras una prolífica carrera como matemático, periodista, funcionario del Tribunal de Cuentas, filósofo e historiador de la ciencia, que se vio obligado a salir de España perseguido por el franquismo por sus ideas.

Laura Regueira Vera (Buenos Aires, 1954) se ha desplazado hasta Badajoz para, en nombre de su familia, entregar a la Biblioteca de Extremadura (BIEX) una nueva remesa de documentos del archivo personal de Francisco Vera. «Nuestra voluntad es que la mayor parte de documentos y libros del abuelo se depositen en esta institución, donde se puede preservar y poner al servicio de cualquier persona que desee investigar o conocer su obra», explicó a HOY Alconchel este martes, 11 de octubre, poco antes de entregar la documentación en la biblioteca regional.

Allí estaban esperándole la directora, Julia Inés Pérez González, y los técnicos Javier Paule Rodríguez y Máximo Carrasco González, quienes recibieron de manos de Laura Regueira Vera varios documentos que ya están depositados en el fondo documental el escritor existente en la biblioteca. Entre ellos, está el carné del Jurado Mixto de Prensa de Madrid, que le acreditaba como periodista de 'El Liberal' (1934); el carné de oficial de la Fiscalía, en el Tribunal de Cuentas de la Segunda República (1936); su cédula de extranjería como residente en Colombia (1942); o un díptico de uno de los múltiples ciclos de conferencias que impartió en el Ateneo Liberal Argentino hasta los años 60.

Pero sin duda, el fondo más importante depositado por la familia Vera en la Biblioteca de Extremadura es una carpeta con 86 folios, unos manuscritos y otros mecanografiados, donde el escritor detalla el método criptográfico que elaboró para la Segunda República. Se trata de un minucioso estudio consistente en el cifrado de lenguaje, objeto de la criptografía. De esta forma, durante la Guerra Civil el bando republicano dispuso de su propio método para enviar mensajes ocultando su significado a simple vista a cualquier enemigo que pudiera interceptar el contenido de la correspondencia.

La figura intelectual de Francisco Vera fue muy relevante para la Segunda República. Su familia ha cedido también a la Biblioteca de Extremadura su pasaporte diplomático como jefe de claves del Ministerio de Estado de la Segunda República (1938), algo que acredita que estos apuntes sobre el código criptográfico pueden resultar una fuente histórica muy interesante para investigadores de la Guerra Civil.

Francisco Vera fue un reconocido republicano, masón y teósofo, que mantuvo una relación estrecha con intelectuales coetáneos como Mario Roso de Luna. Profundamente liberal, en aquella época era anticlerical, aunque tolerante y antidogmático. Según José M. Cobos Bueno (1942-2021), profesor que más investigó sobre su vida y obra, su papel como autor del código criptográfico hizo que la justicia franquista le llegara a condenar a muerte en España, además de por su masonería y republicanismo.

En 2016 los nietos de Vera cedieron al Ayuntamiento de Alconchel cuatro tomos originales y manuscritos con correcciones de su obra 'Historia de la cultura científica' (1956-1969), además del mandil masónico que le acompañó hasta el momento de su muerte en 1967, en que fue enterrado con el mismo rito. Junto a otros objetos y documentos personales del escritor, se encuentra expuesto en el Museo Local de Historia y Tradiciones.

El carácter polifacético de Vera hizo que fuera autor de una extensa bibliografía que se condensa en artículos, trabajos científicos y matemáticos, novelas, cuentos, etc. La familia de Vera ya depósito en la Biblioteca de Extremadura a principios del siglo XXI un importante fondo documental consistente en separatas, actas de congresos, artículos, revistas -autografiados y dedicados-, cuadernos manuscritos de varias obras, fichas reunidas para escribir su obra 'Historia de la Matemática Moderna', correspondencia, documentos familiares y personales, etc.

Según explica Laura Regueira Vera a HOY Alconchel, ella y varios de sus primos están afanándose para seguir recuperando y uniendo el legado intelectual de su abuelo. «Para ello me he hecho el carné de investigadora de la Biblioteca Nacional de España, donde hemos localizado documentación de nuestro abuelo anterior a 1958».

Francisco Vera enviudó de su esposa, Petra López, ya en el exilio; con ella había tenido seis hijos, ya todos fallecidos: Valentina 'Tina', Tomás, Francisco, Rosario y Asunción 'Chon', además de otra que murió a corta edad. Todos formaron sendas familias, hoy repartidas por varios países de América, viviendo aún siete nietos, siete biznietos y cuatro tataranietos.

De Valentina, casada con José Ubach, solo tuvo al nieto mayor, José, actualmente residente en Kentucky (EE.UU.), y con dos hijos, Daniel y David, en La Florida (EE.UU.). Tomás, que había casado con Elsa Dieppa, tuvo otros tres hijos: Francisco (con dos hijas), Carlos (fallecido, con dos hijos y tres nietos) y Mariana (soltera, sin hijos), residiendo todos en Barranquilla (Colombia).

El tercer hijo de Vera, Francisco, casó con Natacha Daroqui, falleciendo ambos en Buenos Aires (Argentina) sin descendencia. Por su parte, Rosario casó con Alberto García, con quien tuvo dos hijos: Alberto, casado y con dos hijos (Javier y Andrea), y Elena, soltera y sin hijos.

Por último, Chon, la hija menor de los Vera-López, casó con Emilio Regueira, teniendo dos hijos, que residen en Buenos Aires: Emilio (soltero y sin hijos) y Laura (casada y con una hija, Carla, residente en México).

«A pesar del tiempo y de la distancia, los primos nos mantenemos unidos, especialmente por la memoria de nuestro abuelo», apunta Laura Regueira Vera, quien al igual que sus primos la necesidad de seguir preservando y difundiendo el legado de Francisco Vera.