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Julia Caminero y Eusebio Barriga enseñan el brasero de picón con su badila y lambrera. CASIMIRO CORDERO

El brasero de picón, una alternativa a la factura de la luz disparada

En un pueblo como Alconchel hay cuatro piconeros y la mayoría de casas usa este combustible natural

Domingo, 29 de enero 2023, 23:51

segura Óscar Díaz, alcalde de la localidad pacense de Alconchel (1.700 habitantes), que siete de cada diez hogares de su pueblo se calientan estos días con picón, tradición que les permite vivir ajenos al precio de la electricidad y el gas cuando llega lo más severo del invierno. La casa de Julia Caminero y Eusebio Barriga es una de ellas, confirman levantando su falda camilla antes de citar nombres de vecinas cercanas que también usan picón en sus salones.

Aun sabiendo de sus riesgos, Julia solo ve ventajas a esta manera de calentarse. «En nuestras casas se usaba el picón desde que éramos chicos, así que nosotros también. Hubo una temporada que empezamos a usar el brasero eléctrico, pero no era lo mismo y hace unos diez años volvimos al de picón porque es el que mejor nos calienta la casa, es un calor más acogedor. Mi marido no aguanta el de butano», relata Julia, de 81 años. Se puede decir que no es solo una cuestión de confort térmico sino que a su esposo Eusebio, de 82 años, además le entretiene organizar su brasero de picón.

Explica esa gestión invernal mostrando la badila con la que ella remueve el picón cada vez que se levanta del sillón y nombrando la lambrera, jaula con forma de campana que protege un combustible cuya materia prima es la encina, concretamente la retama, los troncos más finos que los carboneros no aprovechan para carbón.

«Está todo el día puesto y ventilamos cuando llegamos, pero el brasero de noche no lo dejamos aquí sino en una habitación del patio que es un baño», señala ella. Eusebio, que lo enciende, explica que al día siguiente aún suele quedar algo de brasa. «Sobre eso echo el picón nuevo y se enciende otra vez, y si no tira le echo alcohol de quemar, soplo y ya va. En cinco minutos lo tengo listo, lo coloco en el salón y ahí se queda desde por la mañana mientras yo me siento con la tablet».

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