

La alconchelera Jennifer González Pinilla, que el pasado año por estas fechas desapareció en Pamplona cuando su familia de Alconchel la esperaba tras haber concertado un viaje en tren, ha vuelto a dar otro susto a su familia después de que desapareciera otra vez el pasado viernes, 26 de julio, tras abandonar el domicilio de su hermano Manuel en el que residía desde hacía dos meses, en Vila-seca (Tarragona).
Su hermano y su cuñada Pamela Limones Arias dieron la voz de alarma en redes sociales el pasado sábado, cuando llevaba horas sin aparecer por casa, tras anunciar que salía a tirar la basura y no volver más, yéndose con lo puesto, sin equipaje, ni dinero ni teléfono móvil.
En Alconchel, donde reside su padre y otro de sus hermanos, cundió enseguida la preocupación por su desaparición, pues esta vez no se tenía ni la más ligera sospecha de qué habría podido pasar con ella, pues la vez anterior se marchó a la casa de un amigo.
En Pamplona estuvo residiendo durante meses hasta que el pasado mes de mayo se hizo cargo de ella su hermano Manuel en Tarragona. Y es que Jenni, una vez cumplió la mayoría de edad, decidió abandonar el hogar que tenía junto a una tía paterna que durante años se había encargado de su crianza y educación, por tenerla en acogimiento.
«Los policías forales nos han comunicado que mi hermana está bien y que no piensa volver a Tarragona», explica con amargura a HOY Alconchel su hermano Manuel González, que además asegura que no tiene ningún motivo racional para actuar así, preocupando a la familia y creando alarma social innecesariamente.
«Si es lo que quiere, allá ella», asume resignado el hermano que le había abierto las puertas de su casa hace un par de meses tras comprobar que había estado viviendo prácticamente en la indigencia y por voluntad propia, al ser mayor de edad y tener plenas facultades mentales. No se explica cómo ha podido llegar a Pamplona sin dinero, aunque le han informado que lleva durmiendo varios días en un albergue social.
«Aquí en Tarragona la hemos cuidado y hemos procurado darle un porvenir, buscándole un trabajo en el que llevaba apenas dos semanas, y contando con nuestro apoyo», explica Manuel, que además habla en nombre de su familia, que siente impotencia por la forma de actuar de la chica.
Hoy mismo procederá a retirar la denuncia que había interpuesto al pasar más de 24 horas de su desaparición, con la esperanza de que en el futuro no vuelva a dar esos sustos.
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